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Isabel Sarmiento se enamora de Camilo Rivera. Lo que Isabel no sabe es que Saúl Bejarano, un rico terrateniente, ya había decidido casarse con ella. Nos situamos a principios del siglo XX. Finalmente Isabel debe sacrificar su amor por Camilo casándose con Saúl, obligada por una deuda que su familia tiene con el terrateniente y por las amenazas de éste al haber sido testigo de un asesinato, supuestamente cometido por el padre de la muchacha. Temiendo la ruina para su familia, la cárcel para su padre y sabiendo que peligra la vida de su amado, Isabel acepta ser la esposa de Saúl, a pesar de que unos días antes de la boda descubre estar embarazada de Camilo. Camilo se marcha apenas se termina la boda, creyendo haber perdido a Isabel para siempre. Seis años después, Camilo regresa para vender sus tierras. Es médico y se ha casado con Erika Hoffmann, una mujer ambiciosa que se casó con él sólo por su dinero. Erika se ha quedado en la capital esperando a que su marido venda por fin las tierras. Cuando Camilo y Isabel se reencuentran, se dan cuenta que su amor nunca se ha terminado. Pronto descubrirá quién es el padre del hijo de Isabela.

Amanda Sabater, hija del todopoderoso, Gregorio Sabater, dueño y amo de la ciudad de Rio Grande y de sus habitantes. Amanda está a punto de contraer matrimonio con Arsenio Cuevas, de quien está profundamente enamorada. Pero Amanda ignora dos cosas: que su prima Ana Belén es amante de su novio. Y que su padre es un perverso, despiadado, capaz de cualquier desmán a espaldas de su hija. A la ciudad llega Iván Moros, hombre que hará cambiar el curso de la vida de todos en ciudad Sabater o Rio Grande. Iván al ver por primera vez a Amanda, queda prendado de sus encantos y ella confundida ante la presencia de este hombre, quien será el gran amor de su vida. Arsenio Cuevas es obligado por Gregorio Sabater a firmar un documento donde se compromete a no tocar nunca la fortuna de Amanda, por tal motivo, muy cruelmente la abandona al pie del altar. Iván Moros luchara por conseguir el amor de Amanda, hasta lograrlo: no sin antes aguantar un sinfín de desprecios, producto de la nueva personalidad de la protagonista.